Fernando Barciela – Madrid, 6 JUL 2014 – 00:00 CET – «El País»
Un robot barman prepara las bebidas en Alemania. / Reuters
Durante años se ha dado por buena la aserción de que los empleos “suprimidos” por las nuevas tecnologías se ven siempre compensados por la emergencia de otros nuevos, creados a resultas de esas mismas tecnologías. Esa convicción tenía su razón de ser. Hasta ahora, la masiva introducción de tecnologías, desde los ordenadores a los robots o Internet, no ha provocado un desplome masivo del empleo. Cierto que sectores enteros de la economía terciaria se han visto afectados hasta el punto de ver reducidas plantillas a la mitad o menos. Es el caso de la banca que, con los ATM, primero, e Internet después, registró una gran caída del empleo: o de sectores como las agencias de viajes, la venta de billetes de todo tipo, las librerías o las sociedades de bolsa, estas bajo el impacto del mayor uso de Internet. Pese a estos percances, las cifras de empleo general han mostrado fuerte capacidad de resistencia.